REUNION DE LOS 7 KAGES

Me encontraba en mi nueva oficina. Serio e impasible, sentado en mi silla detrás de mi escritorio. Este despacho no me gustaba, se notaba que antiguamente había habido un Amekage. Tendría que quitar todas las chorradas que había puesto y poner un par de dedos apuntados colgando de las paredes. Hoy era el día. La reunión de los 7 kages de distintas villas daría comienzo, y este evento tendría lugar en mis nuevos dominios. Acaba de ascender a Amekage y se me presentaba la primera reunión importante. Salí de mi despacho y me fui directo a la Capital del País de la Lluvia. La reunión tendría lugar en una sala cuadrado, de unos 50 metros cuadrados. En el centro de la sala había una mesa conforma de “U” para que todos nos pudiéramos ver bien las caras en dicha reunión. Yo iba acompañado por mis dos escoltas predilectos. Kisho Origami y Seiji Hiryu. Si en la reunión se presentaba algún obstáculo, algún altercado o alguna situación que me resultara molesta entre los tres podríamos cortar algún que otro dedo y salir de aquel sitio como si no hubiera pasado nada. De camino hacia la reunión pude percibir que el cielo estaba más oscuro de lo normal. Quizás esto fuera un mal augurio, un presagio de oscuridad. La lluvia como de costumbre no cesaba en mi País, de ahí el nombre. Corrían gotas de agua por mi rostro y por mis ropajes tan solo dignos de un shinobi perteneciente a Amegakure, también por el de mis dos guardaespaldas, los cuales obviamente no me hacían falta, tan solo era una medida de seguridad por precaución. En mi espalda llevaba colgada mi perfecta y con ganas de cortar anulares, corazones e índices espada Samehada. Al fin llegamos a nuestro destino. Se entraba dentro de la sala por una especie de cueva, de la cual solo los Kages habían sido informados por mí de donde se encontraba la entada. Al entrar por esta tan solo tendríamos que seguir un pasillo recto, de paredes laterales y techo rocosos, de las cuales caían diminutas gotas de agua, este pasillo seria el mismo que tendrían que cruzar ellos para llegar a la sala. Me encontraba como en casa. Al acabar el pasillo se encontraba la sala donde tendría lugar la reunión. Todo había sido preparado por mis guardaespaldas días antes, así que ahora tan solo me quedaba sentarme en el lugar principal y esperar a recibir a mis invitados. Mi actitud en esta reunión tenia claro que iba a ser totalmente tranquila y pacifista. Me senté y mis guardaespaldas se pusieron uno a cada uno de mis lados de pie, con la mirada puesta al frente.

Largos eran los días de camino hacia Amegakure, largos al igual que el trayecto desde la Villa Oculta de la Roca, pero por largo que fuera el recorrido y eternos se hiciesen los días Kenko cruzó el país de la Tierra para llegar hasta el de la Lluvia y así, reunirse con los líderes de las demás villas allí. Tras unos cuantos días llegó a los húmedos y lluviosos parajes de Amegakure, acompañado de su compañera de misiones anteriores Sonzu, tendría que ir por una ruta verdaderamente desconocida para todos, excepto para los demás Kages y sus acompañantes, que llevaría a una sala donde daría comienzo la reunión. La suso dicha sala estaba en el interior de una cueva que llevaría por un largo pasillo hasta acceder a la verdadera sala de la reunión.

Kenko estaba algo nervioso, era su primera reunión, y la primera vez que los demás líderes le verían, a excepción de Asuke, el Kazekage, que tanto cariño le tenía Kenko, y del Hokage, Viral, por los demás les era desconocida la desaparición de Hamg, o mas bien su muerte.

Ya habían llegado Kenko y Sonzu a la entrada de la cueva y antes de entrar, estos de detuvieron unos instantes mirando la entrada para después, con decisión entrar sin preámbulo alguno.

El ambiente de este país era mas apreciado por el Tsuchikage que la climatología del desierto, del calor y la sequedad pasaba a la frescura y la humedad, aunque demasiada humedad para su gusto, pero no se puede tener todo. Mientras Kenko atravesaba la cueva que le conduciría a la sala de reunión, no paraba de pensar en que allí se encontraría con Asuke para poder darle un abrazo y saludarle de una forma afectiva, como el abrazo que daría un hijo a su padre tras mucho tiempo sin verse por un largo viaje, y esta vez se lo daría Kenko a Asuke y no viceversa.

Tras el angosto pasillo, donde de ninguna manera cabían dos ninjas de corpulencia media a la vez, pudieron llegar hasta la sala de reunión, completamente cúbica de unos cincuenta metros cuadrados de superficie para andar, y en el centro de esta gran sala una enorme mesa en forma de ''U'' con siete sillas para que tan solo los Kages pudieran sentarse, cosa que Kenko hizo en una de las esquinas de la mesa, Sonzu por el contrario debería estar de pie tras de Kenko.

Kenko llevaba sus vestimentas típicas a excepción de su ñapa y su sombrero que simbolizaba la villa a la que pertenecía, además llevaba el kapa de su villa, tapándole todo el cuerpo y su ataúd cargado a la espalda, como de costumbre.

Por lo visto Kenko no era el único en esa sala, el Amekage, o eso indicaba su vestimenta, ya estaba en aquella sala esperando a los demás invitados para que diese comienzo la reunión.Kenko en señal amistosa y pacífica puso su típica sonrisa risueña y amigable y saludó al líder de Amegakure y a sus dos escoltas de una forma simpática

-Buenas, soy el Tsuchikage, encantado

Estaba en el castillo maldito en la sala privada de entrenamiento era un día como cualquier otro en kirigakure pero ese día me levante con ganas de acción de despertar mis músculos dormidos durante muchos años de no tener ningún rival a mi altura o de no a verlo encontrado estaba en medio de la sala maldita con agonía y demonio de fuego en mis manos estaba rodeado por 6 anbus con sus espadas esperando mi orden miro a mi alrededor y grito

-Ya - los anbus empieza a saltar y atacarme sincronizada mente mientras yo me defendía y atacaba a la vez contra los 6 anbu durante 1 estuvimos devolviéndonos golpe y cortes mientras mas daño recibía mas contento estaba parecía que le gustase estar en un combate como una chuche a un bebe los anbu estaban heridos y algunos sin corte ninguno pero cuando guardo la demonio de fuego y cojo agonía con las 2 mano y me pongo en posición de combate.

Un anbu aparece delante de mi arrodillado y con un pergamino en la mano lo miro y guardo la demonio de fuego y miro a los demás anbu y le digo
-Iros descansar y seguir con vuestro cometido- Los anbu se arrodillaron y desaparecieron miro hacia el anbu que estaba delante de mi y cojo el pergamino y lo abro y lo leo atentamente me quedo un par de minutos leyéndolo con determinación y cuando termino empiezo a reírme le doy el pergamino al anbu y le digo

-Prepara las cosas tengo que salir de la villa-

El anbu recoge el pergamino y me mira y dice -Mizukage-sama saldrá solo creo que no es lo apropiado-

Antes de que terminara la frase lo miro fijamente a los ojos y el anbu agacha la cabeza y desaparece -Para que querrán una reunión de todo los kages además me incomoda hablar yo hablo con el vocabulario de la lucha -

Salgo del castillo y me dirijo a mi casa cuando llego me pego una ducha y como antes de salir cojo mi ropa como de costumbre y todo mis accesorios me pongo la bandama con los cuernos y me amarro el gorro del mizukage en la cadera junto con la espada agonía y la demonio de fuego y me pongo mi gabardina de mizukage y salgo de mi casa dirección de la puerta de kirigakure cuando llego veo que hay una escolta preparada me acerco y les digo

-He dicho que saldré solo o no me avíes escuchado-1 de los anbu mas viejo se adelante y dice

-No lo dejare viajar solo mizukage -sama no puedo permitir que le pase nada-

Lo miro me acerco al anbu y lo cojo por el cuello y lo levanto del suelo y le digo

-Que tu no permitirá viajar solo lárgate de mi vista-

Todos los anbu lo coge y se retiran del lugar dejando el camino libre y salgo de la puerta de kirigakure en dirección de amegakure durante 4 día estuve caminado hasta llegar a las afuera del la villa del Amegakure la veía desde lego y me gustaba tenía algo que me gustaba mucho el agua y tenía unos edificios raros pero acogedores llego a la puerta de amegakure y los anbus ven una densa niebla que se acerca y entre la niebla se ve una silueta la cual se para delante de la puerta y dice

-Soy el mizukage sadoru kimura- los anbus se retiran y me dejan el camino libre sigo caminando hasta llegar al sitio del encuentro era una cueva cual la entrada era algo pequeña para mi cuando fui a entrar tenía que agachar la cabeza y ir con el cuello cambado para un lado porque de pie no podía estar dentro y el pasillo se lleno de niebla cuando llego al final del pasillo la niebla despareces y saco mi mano agarrando la parte de arriba del pasillo y salgo cogiendo toda mi altura total me quedo mirando y solo suelto y resoplo y voy hacia mi sillón cual me siento y observo que avía 3 persona en la sala 1 de ella me era familiar cual lo miro y en mi cara se dibujo una sonrisa

Los días pasaban en las desérticas tierras del país del Viento, amaneciendo y anocheciendo como normalmente, cosas sin importancia para los que vivimos en este mundo ya que esperamos que pasen todos los días, sin embargo ¿Qué sería de nuestras vidas si perdemos esas cosas que son tan triviales, que pasaría si un mal día el sol no volviera a salir? Si alguien quisiera encontrar la respuesta podría buscarla en Asuke, cuyo sol dejó de asomarse por el horizonte hace tiempo ya. Su cálida sonrisa se apagaba y se volvía fría como el hielo cada vez que estos sucesos pasaban por su mente, enturbiando sus pensamientos y aflorando sus recuerdos de aquel trágico día, sin embargo el día de hoy la mente de Asuke estaba ocupada con otra cosa, un mensaje de una villa extranjera que portaba una jugosa información, la zona en la que se celebraría la siguiente reunión de kages, a la que Asuke debía asistir, acompañado si así lo quería por algunos shinobis de confianza de su villa. La reunión en cuestión se celebraría en el cercano país de la Lluvia dentro de un par de días, por lo que Asuke no podía perder el tiempo. Nada más recibir el informe se vistió con sus ropas clásicas de Kage, junto con su arma predilecta que colgó en su espalda, y mandó avisar a uno de sus anbus de confianza, con el se dispuso a atravesar las crueles arenas del desierto.

Bien era conocido el poder de Asuke, sin embargo en un lugar como el país de la Lluvia sus poderes se podrían ver mermados, por lo que decidió ir acompañado a pesar de que no esperaba tener que enfrentarse a nadie. También era bien sabido que adentrarse en el imponente desierto del país del Viento solo era equivalente a firmar tu propia sentencia de muerte, algo que muchos insensatos antes habían hecho ya. Los días pasaban, alternando el calor abrasador del día con el frío de la oscura noche, mientras que en el horizonte tan solo se alzaban grandes dunas de arena, adornadas a veces por algún que otro cactus. Tras unos tres días de viaje por fin pudo divisar las fronteras entre países, perfectamente marcadas por el cambio en el paisaje, de las grandes e imponentes dunas del desierto marcadas por el sol y el calor se pasaba de golpe a los verdes y frondosos valles marcados por las nubes de tormenta que en aquel lugar se agolpaban, descargando día y noche su contenido en forma de una tormenta sin final, en conjunto ambos lugares juntos formaban un bello paisaje, posible solo en lo cuentos de hadas y en las extrañas mentes de grandes artistas y escritores. A pesar de eso Asuke no tenía tiempo de admirar aquel portento de la naturaleza, pues la reunión le esperaba, y apenas le quedaba tiempo para llegar.

Tras un tiempo, no se podría precisar cuanto pues las nubes cubrían de oscuridad y agua la tierra día y noche, Asuke y su guardaespaldas llegaron a las puertas de Amegakure, donde los anbus del lugar, tras comprobar la identidad del Kage, guiaron a este y a su guardaespaldas hasta la entrada secreta al recinto de la reunión, una larga, húmeda y oscura cueva, que habría que atravesar hasta llegar al recinto en cuestión, donde esperaban ya cuatro de los siete asistentes al evento, entre ellos dos personas muy cercanas a Asuke, Nakashaki, su antiguo y leal alumno, y Kenko, la persona más temeraria que había conocido. Sin prestar demasiada atención al resto, y con la sonrisa que le caracterizaba, tomó asiento esperando al resto de Kages, que sin duda estarían al llegar.

Me encontraba en el castillo del pueblo abandonas recorriendo sus grandes y largos pasillos abandonados admirando tal maravillosa construcción el di estaba despejado los pájaros cantaban al son de la brisas del viento pero en el pueblo abandonado pasaba algo cuando entre en territorio del pueblo abandonado no había señales de vida ni de animales alrededor del pueblo el cielo estaba oscuro era como si el lugar estuviese maldito

-Porque se habrán ido todos de este pueblo en los archivo de otokage no cuenta nada sobre este pueblo es mas lo ponen como si fueran malditos o escoria-

Sigo caminando por los pasillos hasta que llego a la sala del que su puesto líder de este pueblo y lo que más me extraño que estaba todo intacto con polvo y eso pero tenía toda la ropa y sus cosas hay

-Voy a admirar todo el pueblo desde el punto más alto-

Me asomo a la ventana y salgo y empiezo a caminar hasta la punta de arriba en el tejado al llegar a la punta de arriba me quede sorprendido había unas vista maravillosas y el castillo era el punto más alto de todo otogakure me senté con mis pierna entre cruzadas y mis manos enzima de mis piernas y cierro los ojos y empiezo a meditar a buscar algo fuera de lo normal en este pueblo
Pero nada mas empezar siento como hay alguien detrás de mi era un anbu de otogakure sin abrir los ojos ni darme la vuelta le digo

-Que noticias traes-

El anbu deja un pergamino al lado mío

-Otokage-sama hemos recibido este pergamino por lo visto es una reunión de los 7 kage-

Giro la cabeza y asiento con ella y el anbu desaparece mi brazo derecho se mueve y coge el pergamino con cuidado y mucha delicadeza lo abro y leo su contenido nada mas leerlo lo enrollo y me lo guardo en mi gabardina me levanto y voy caminado por la fachada del castillo de la aldea abandonada y me dirijo hacia la villa caminando lento pero con pasos firmes me adentro en el bosque cual nada más entrar me dan los rayos del sol y oigo el cantar de los pájaros y las ardillas corretear por el bosque
Sigo caminando hasta que veo la puerta de otogakure y entro cuando voy a entrar los 2 jounin que vigilan la puerta hace una reverencia entro y voy directo hacia la oficina para coger mi vestimenta de otokage al llegar al edifico de kage subo y entro nada más entrar cojo mi sombrero de otokage y mi gabardina de otokage me las pongo y salgo de la oficina nada más salir veo a mis 2 mejores anbu esperándome

-Se iba a ir sin nosotros otokage-sama-

Nos quedamos mirando a los ojos y empezamos los 3 a reírnos y le digo

-Nunca podría ustedes son mi sombra en marcha-

Nada mas decir eso bajo la escalera y empiezo a caminar por la villa hasta llegar a la puerta al llegar a la puerta me giro miro a otogakure pero acto seguido me giro y salgo por la puerta de la villa seguíamos caminando con mis 2 fieles anbus cuales darían la vida por mi sin dudarlo estuvimos caminando asta salir de los dominio de Otogakure cual seguimos el viajes era largo pero no avía tiempo para parar después de 2 días de trayecto vemos a lo lego la puerta de la villa de la lluvia los anbu me paran y 1 de ellos me dicen

-Otokage-sama y si es una trampa de la villa de la lluvia sabes que todas las aldea no tiene odio y rencor por los otokage pasado-

Me giro y le digo

-No es una trampa lo noto en el aire vuelo a paz y tranquilidad menos en una zona que siento como rencor, dudad , y nerviosismo-

Los anbus asienta con la cabeza y seguimos nuestro camino al llegar a la puerta unos anbus no paran y se me quedan mirando y dicen

-Quienes sois y que buscáis aquí-

Entonces 1 de mis anbu indignado se adelanta y dice

-No lo ves o que estas ciego es el otokage no ve su ropa-

Actuó con rapidez y lo paro diciendo

-Disculpar a mi anbu soy Damocles el otokage e venido porque me han mandado un mensaje diciéndome que seria aquí la reunión de los kages -

Nada mas decir eso miro al anbu y se hace para atrás con mucho cuidado saco el pergamino de la gabardina y se lo enseño el anbu el anbu lo mira y nos indica por donde tenemos que ir cuando voy con los anbu por donde me dijeron veo una entrada hacia 1 cueva cual las indicaciones la reunión es ahí dentro entro con paso firme y con mis anbus detrás vigilando todo entro y llego a una sala con mesa formando 1 circulo y veo que hay 6 kages solo faltaba yo

-Buenas a todos disculpar mi tardanza soy Damocles el otokage para el que no me conozca porque hay demasiada caras nuevas aquí de cuando la última vez que nos reunimos los kages-

Me dirijo hacia mi sillón y me siento y me quedo observando

-Sadoru eres tú qué cambio has dado me alegro de que estés bien-

Nada mas decirle eso a Sadoru miro para viral y le digo

-Hola viral como estas bueno creo que aquí tendremos una charla como aliados por decirlo de alguna manera pero ya te conozco demasiado espero que nos podamos llevar bien-