Nueva senda.

por **Blank** Lun Mar 11, 2013 8:09 am

Tras despertarme de la inconsciencia en la que me había sumido al culminar el combate contra aquel joven rubio pude comprobar varias cosas, la primera fue el pequeño regalo que este había dejado en mi mano zurda, pues la diestra estaba ocupada por la Arashi no Kiba, que aún seguía en mi poder. Aunque no solo pude comprobar aquello, si no que también pude comprobar que el que era conocido como el país de la Nieve ahora se encontraba inundado, y las gentes del recinto del examen chuunin habían montado un pequeño campamento provisional mientras terminaban de tratar a los heridos, donde me encontraba ahora yo. Tras despertarme y averiguar tanto que había pasado como el resultado de los exámenes marché rápidamente al ahora conocido como Mar Helado gracias a la rápida acción de aquel joven rubio, que ahora sabía que se trataba del Hokage Hozuki Viral, a quien tendría que agradecer la próxima vez que nos viéramos tanto el regalo que había depositado en mis manos como el hecho de que hubiera salvado a uno de los genins de mi aldea, con el objetivo de rescatar a uno de los genins que había quedado atrapado en una de las pruebas.

Por el camino una suave pero a la vez imponente voz despertó en mi interior, con la que mantuve una pequeña charla. Parecía tratarse del guardián que Byakko dijo que dejaría a mi lado para protegerme, y que ahora se había propuesto el adiestrarme en el arte del fuuinjutsu y del jikujutsu. Al parecer había estado indagando por mi cabeza, pues sabía las ideas que quería llevar a cabo, y el me facilitaría el poder crearlos y aprenderlos. Una vez llegué a una de las cuevas que recorrían el interior de las montañas del Mar Helado, me dispuse a llevar a cabo el sello que luego me permitiría salir de aquel lugar junto con mi subordinado, si es que este seguía aún con vida. En una de las rocas de la entrada de la cueva, por la parte oculta de esta para dificultar su localización, posé mi mano zurda, mientras que con la diestra ejecutaba un sello, culminando así el trabajo. En la roca se formó una marca difícil de visualizar debido al color de la roca con el kanji 場. Esta parte del trabajo ya estaba hecha, ahora debía continuar mi camino. El perro que había adoptado como mío se había quedado en el campamento, esperando a mi llegada mientras terminaban de curar sus heridas. Pronto volvería junto a él. tal vez con las manos vacías, tal vez llevando al joven genin que ahí se encontraba, tal vez incluso amparado por la compañía de alguien más, solo el tiempo podía saberlo.
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gasto: